Rocío Wittib
imprescindible no es la dirección
el camino ni el mapa
la geografía resulta solo un accidente
para quien se busca y sospecha
que distancia no significa kilómetros
tampoco el destino importa
porque nunca se está en un lugar preciso
sino constantemente en una frontera
entre la desesperación de ser
y el anhelo de resistir
no hay más dónde que uno mismo
ni más herencia que las costumbres a las que pertenecemos
importante es aprender al menos un camino de vuelta
a donde nos espere una ventana para mirar al horizonte
imprescindible apenas un verso y toda su nostalgia
cuando acaba febrero y la nieve de una ciudad
que podría ser cualquiera nos recuerda quiénes somos
deberías ya comprender
que no basta
ser
ni estar
ni quedarse
cuando la piel que busca piel en su deriva
solo alcanza un suspiro vano
que no sabe morir
y con nada puede matarse
vivir es como estar a un lado del puente
y no saber que al otro lado
el puente ni siquiera existe
otra vez miras el mundo como si fuera demasiado tarde
te preguntas si el tiempo es una respuesta
y aceptas la duda del tal vez como consuelo
has aprendido a renunciar siempre a algo
pero sobre todo a renunciar a ti mismo
por eso huyes del deseo como un animal herido
te refugias en la certeza fiel de alguna rutina
y procuras olvidar que pronto volverá a caer la noche
otro día se irá aunque prefieras no ver cómo se apaga el sol
también a eso aprendiste a renunciar
porque sabes que ahí donde es difusa la luz
es exacto el sentimiento
esto que no vimos llegar
esto de lo que no saldremos ilesos
esto que arde y que un día también será cenizas
esto salvaje y dulce -¿sientes como ruge y te acaricia a la vez?
esto que aprendimos a querer y sin embargo duele
esto que se apropia de todas las palabras igual que el silencio
esto que nos hace cómplices y culpables y víctimas
esto que torpemente consuela el vacío la soledad la vida
esto que no descansa que nos acorrala que nos mira con recelo
esto que es una guerra en la que estamos condenados a rendirnos
esto la herida y la verdad
el mar huye en dirección contraria a lo que escribo
a lo lejos una orilla en la que nadie me espera
aquí mismo la eternidad de una palabra
que no cabe en lo fugaz de una vida
quiero decir mil veces todavía estamos a tiempo
como si el mundo tuviera orden comienzo final
como si existir no fuera irremediable y nos bastara
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