Carmen Crespo
no es el ladrido
sino la impronta de su mordisqueo
o jauría de pequeños murciélagos
atronadores
abismados como santos de aceite
quiebran el cerco
(el ojo)
donde una y otra vez feroces
la fatiga o la luz
octubre, 2015.
yo oí zumbar una mosca – cuando morí
EMILY DICKINSON
no
todas las piedras prenden
mientras la lluvia
la última
la sesgada esa
a punto de luz
nos nombra
y nos acerca
(casi de anochecida)
a su reino a su recipiente
más sagrado
octubre, 2015
se asoma aquí
se abre a esta ventana mía visillo
párpado que descorre y deja
una astilla una sangre a la intemperie
breve celebración del rostro
del hueso suyo y mío
sangre malva para que tú
no te vayas para que tú
regreses
noviembre, 2015
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