Aldo Vicencio
antes de la penumbra,
hombre
antes de la hoja seca,
carne
qué es la vida sino bruma,
distante molino de emociones
una elección innecesaria:
afecto maltrecho,
ínsula descorazonada
de la memoria
caminar en una rueda
a contrapendiente
la pena se bifurca
entre control y desorden;
vida y muerte
son semejantes
indiferencia
ante nuestras sombras:
recordar
es dormir
sobre los hombros
en un cayado de celdas
aprisionado a
contrapunto de calles y casas,
gravito asfixiado
de sensaciones
bajo una viga de abono
escalada
de sal delirante
y marcas de hollín,
incertidumbre
sin pretérito:
asomar la mano
al túnel
para pedir golpes sin proyectil
la esperanza desvanece
cuervos en la azotea,
pero siembra lobos
en la almohada
otra vez en el túnel
desvanecerse en el
tumulto de sombras
agonía de techos y paredes:
a tientas se camina
sin emerger a la claridad
campana en pecho,
angustia que repica sin descanso:
vida es bruma
y solo se le ve partir
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